«CARCINOS» Y EL MITO DE LA HIDRA
Cáncer, o «Carcinos» es la cuarta constelación zodiacal; representa un cangrejo, aunque es difícil de identificar en el firmamento.
El origen de esta constelación no es nada claro. Su asociación a un cangrejo es seguramente mesopotámica, aunque la aportación egipcia es importante. El cúmulo abierto situado en su centro, el Pesebre (Praesepe), visible en cielos oscuros como un claro manchón neblinoso, fue muy conocido por los griegos quienes ya consideraron a esta constelación como un cangrejo. Eratóstenes nos habla en sus catasterismos (transformación de un personaje de la mitología griega en una estrella o en una constelación) de un cangrejo enviado por Hera que habría pinzado los pies de Heracles y fue aplastado por el, tras lo cual Hera lo colocó en los cielos (Hera nunca apreció mucho a Heracles…).
En la mitología griega, este cangrejo gigante que vivía en la zona de Lerna, una región de manantiales y un lago situada cerca de la costa oriental del Peloponeso, cuyas aguas eran consideradas curativas. Esta era la guarida de la Hidra de Lerna, un monstruo con apariencia de serpiente acuática de múltiples cabezas a la que Heracles (también conocido como Hércules) dio muerte.
Heracles, hizo de Zeus y de la mortal Alcmena, tenía la misión de matar a la Hidra, como segundo de sus doce trabajos encomendados. Al corte de cada una de las cabezas de la hidra, salían dos más; asunto que se complicó aún más al recibir esta la ayuda del cangrejo «Carcinos» conocido como Cáncer. Este corrió la suerte de ser aplastado por Heracles en medio de la batalla. Finalmente Heracles venció al monstruo quemando sus cabezas.
De las múltiples interpretaciones de este mito nos quedamos con la interpretación astronómica, en la que los personajes representan a cuerpos celestes. En este caso Heracles destruye a la Hidra y al cangrego, tal como la luz del Sol desvanece a las constelaciones al amanecer.
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